Spin-off

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jueves, 10 de julio de 2014

19...



 -¡Es el cuarto que te pruebas, Ivel!

   Yo aún dudaba de que fuese buena idea asistir a ésa maldita fiesta; por mí cabeza pasaban varias formas de detenerla. Atarla a una silla y amordazarla por ejemplo.
   Durante el almuerzo me contó que Fitz ya sabía de su relación con los Hastings, eso la dejaba en una posición más peligrosa. ¿Cómo es que no nota lo complicado de la situación en la que se metió?
   Después de que se marchó en la mañana, Warren me llamó. Al principio no dijo nada, pero luego me pidió que revisara el apartamento-yo estaba en ello en ése momento-en busca de cámaras y micrófonos; y que ayudara a Ivel en todo lo que fuese necesario, por ahora. Y para eso estoy; ésta noche mientras ella se entretiene con Elliot en la fiesta, investigaré por mí cuenta.

-¿Qué opinas?-me preguntó, se había puesto un vestido negro precioso y se miraba al espejo.-¿Leyla? ¿Qué opinas?

-Estás preciosa, Elliot quedará encantado.

   Ivel se dio media vuelta y ladeó la cabeza, es un adorable gesto que hace cuando no entiende algo.

-No es para él, me visto para no para los hombres. Si a ellos les termina gustando como me veo, es un extra.-explicó, como si fuese una profesora impartiendo una clase. Luego volvió a mirarse al espejo-. Estoy lista.

-Eres un encanto.-susurré, sonriendo a causa de ése discursillo que me soltó.

    Escuché cuando llamaron a la puerta, me levanté de la cama y salí para abrirla; seguro era Elliot.
   Y sí, definitivamente. 
   Parecía todo un caballero con su esmoquin, sólo que no llevaba corbata. Unos tres botones de la camisa estaban abiertos, el toque de chico malo de película se lo daba su ojo amoratado.



-Ivel viene enseguida.-le dije, luego de saludarlo, e invitándolo a pasar.-¡Ah, mira!

   Elliot quedó embobado al ver a Ivel entrar al salón con ése vestido negro y largo que le quedaba al dedillo. Y a ella que le gustaba lo elegante.

-Te ves grandiosa.-dijo Elliot, prendado de Ivel.

-Gracias, tú....

-¡Vale, vale! Se ven grandiosos los dos. Parecen figurillas de pastel de bodas, terminen de irse. Y cuídense porque van derechito a encontrarse con el lobo.

  Ivel y Elliot asintieron, la primera me guiñó un ojo, y salió antes que el chico.

-Hazme un favor, principito. Cuídala.-le pedí.

   Él asintió muy seguro.







-Leyla......






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   Elliot pensó en desviarse de camino a la fiesta. Si en la mañana Ivel tuvo un encontronazo con Jonathan, no quería ni imaginarse lo que pasaría esta noche en el hotel donde se celebraría el evento.
   Ivel iba con los brazos cruzados, pensativa.
    En tan sólo unos minutos estaría cara a cara con Carlysle; vería a los ojos del hombre tras la muerte de sus padres. Elliot puso su mano en la pierna de Ivel, ésta lo miró y descruzó los brazos para tomársela.

-Periodistas.-susurró Elliot, mirando al frente.-Esto no será fácil.-le advirtió el chico; delante de ellos habían algunas limusinas y una multitud de fotógrafos.-Me contaste lo que ocurrió con tus padres adoptivos en Londres, y que los medios han estado cubriendo ésa noticia. Con lo de ésta mañana me arriesgaré a decir que esto fue idea de Jonathan; hay demasiados periodistas como para sólo cubrir una fiestecita de despedida. John no es tan pomposo.

   En cuanto llegaron a la entrada del hotel, el valet abrió la puerta del lado de Ivel; Elliot se acercó a ella y la cogió de la mano al tiempo que eran rodeados por reporteros; Ivel se cubría la cara a medida que avanzaba por entre la multitud.

-¡Sin comentarios!.-decía Elliot, ante tantas preguntas.

-¡¿Ha hablado con sus padres, señorita Hastings?!-preguntó alguien.

   Ivel se detuvo.

-Mis padres están a salvo, no sufrieron ninguna herida y es lo único que me importa. Y de lo único que puedo hablar con base.

-¿Qué hace la hija de Warren y Claudia Hastings en un evento organizado por Jonathan Fitz? Se sabe que hace algunos años sus padres acusaron al señor Fitz de secuestro y tortura....

-¡Sin comentarios! ¡Por favor déjennos pasar!-intervino Elliot, logrando sacar a Ivel de ése alboroto.

   Entraron al elegante hotel, y fueron guiados por una mujer vestida de blanco, al salón de fiestas.

-Eso de allí afuera fue obra de John, te quiere poner en evidencia.-comentó Elliot por lo bajo-. Pero Ivel ¿a qué se refería ésa periodista con eso de que tus padres....

-Luego te explico.-le susurró la chica.

    Las puertas del salón de fiestas eran custodiadas por dos hombres de traje, estos las abrieron al ver a la mujer que guiaba a los jóvenes.
   La morena entró del brazo de Elliot, el chico la miró y sonrió. Ella arqueó una ceja.

-Justo así, ¿ves?-le dijo.

   Elliot recordó sus palabras: "Quiero ir de tu brazo". Su sonrisa se ensanchó.
  
  Ninguno de los dos prestó atención a la decoración del salón, el candelabro del techo les pasó desapercibido, las fotografías del joven hermano de Lucy que adornaban el recinto no les llamó la atención. Elliot estaba muy ocupado disfrutando de la compañía, e Ivel buscaba con la mirada a Carlysle. Y al mismo Jonathan.

-Aún no está aquí.-dijo Elliot, adivinando lo que buscaba.-Toma.-Cogió las dos copas de vino de la mesa donde debían sentarse y le entregó una. La mujer que los acompañó hasta allí volvió a salir.-Lucy viene hacia acá.

  Ivel se volvió con disimulo, Lucy se acercaba acompañada de su hermano.
   Se lo presentó a Ivel, a simple vista parecía un buen chico. Amable, simpático, todo lo contrario a quien fuera su padre; aunque sin duda muy guapo. 
    Elliot llamó la atención de Ivel en cuanto Lucy y su hermano fueron a hablar con otras personas. Ivel miró hacia el lugar donde indicaba el joven; Carlysle acababa de llegar, y él y sus acompañantes fueron recibidos por Jonathan.

-La familia en pleno.-susurró la morena.


Ivel se encontró con la mirada de su tío por escasos segundos. La chica sonrió desviando la mirada hacia Elliot.

-John se acerca.-El chico dio un sorbo a su bebida.

-Vaya, vaya, vaya.-dijo el hombre cuando llegó ante ellos, ninguno se había sentado.-Qué agradable sorpresa, mis dos personas favoritas lograron llegar.

   Amenaza detectada.

-¿Sorpresa? A juzgar por la cantidad de periodistas allí afuera diría que me esperaba, señor Fitz.-comentó Ivel, su naturalidad y educación sorprendieron a Elliot.

-Tenemos mucho de que hablar, señorita Hastings. 

  Ivel suspiró.

-Le diré la razón por la que vine, aquí y ahora; aunque usted se hizo una idea ¿o no?

-Yo no hice estallar el auto de sus padres, hace mucho que no sé de ellos.

-Yo nunca mencioné ése particular, y recuerde que vine aquí antes de que eso pasara; ahora que si hablamos de secuestro y tortura....-Ivel dejó caer eso así nada más. 

   Elliot tosió ahogado con el vino.

-Disfrute la fiesta, señorita.-dijo Jonathan, visiblemente perturbado.



   Se marchó a reunirse con su invitado especial.

-No puedo creer que hayas dicho eso.-dijo Elliot.

-En éste momento hay muchas cosas que ni yo puedo creer.-comentó Ivel, mirando a una chica  que acababa de arribar y saludaba tanto a Jonathan como a Carlysle con un beso en la mejilla.

   Hubo un momento en que la chica los miró, Ivel notó cómo le prestó mayor atención a ella; cogió a Elliot de la mano y caminó lejos de la vista de la joven.

-¿Quién es ésa?

    Ivel disimuló secarse una lágrima.

-Es mí hermana mayor.-susurró. Elliot quedó impactado tras ésa revelación.-¿Éste evento puede empeorar?-agregó, dejando la copa en la mesa más próxima.

-¿Quieres apostar?-Ésta vez Ivel siguió la mirada de Elliot.-Tu playboy también vino.

    Viorel bajaba las escaleras vestido todo de negro, imponente.
   La joven y Elliot compartieron una mirada, la de ella, enigmática; la del chico, decepción...












1 comentario:

  1. QUE SORPRESA!!! SU HERMANA EN LA FIESTA, QUE EMOCIONANTE SE PONE ESTO.
    UN BESAZO IVEL!!!

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