Spin-off

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lunes, 10 de noviembre de 2014

Ruleta Rusa....(3)




   Elliot caminó en silencio, regresó a su asiento detrás del escritorio y presionó un botón negro, apenas visible para su hija. De pronto se vieron acompañados por una versión holográfica de un hombre calvo vestido con un traje militar de casaca roja y capa negra.

-Mí Lord.-dijo el hombre.

-Quiero que Marco Valestra venga a mí casa esta misma noche, Fiore. Que lo acompañen dos guardias más, por favor.

-Estará allí enseguida, Mí Lord.

   Elliot volvió a presionar el botón para cortar la comunicación.
   
-Padre, ¿qué estás....

-Sólo quiero lo mejor para ti, Ivel, y ése hombre no te conviene.

-¿Qué sabes tú? Dime cómo puedes pensar en elegirme marido, tú enfrentaste a tu familia, peleaste para que aceptaran a mí madre. Viniendo de ti no me lo creo, padre.-Ivel buscó la forma de que su padre la mirara a los ojos, él sólo se enfocaba en el libro que había estado leyendo.-Ya ni recuerdo las veces que he oído ésa historia,-dijo, pensativa.-te enamoraste de mí madre en uno de tus viajes a Egipto, y ella estaba destinada a casarse con un hombre al que ni siquiera conocía. Tú estabas en la misma situación, comprometido con una mujer que tu familia eligió para ti; huiste con mí madre, y estando en Neo Bretaña enfrentaste a tu familia. Al final tuvieron que aceptar a la mujer que Tú elegiste. Entonces ¿por qué? ¿Por qué me haces esto?

   Elliot se levantó, Ivel lo imitó. Su padre se acercó a ella y la abrazó; sin entender muy bien, Ivel correspondió al abrazo.

-Mamá dijo que la última vez rompiste el compromiso, y que fue Arléz quien te convenció de llevarlo a cabo. Mamá te hizo prometer que no habría más compromisos arreglados, ¿por qué haces esto si ya lo habías roto? ¿Acaso Arléz te lo está ordenando?

   Elliot la apartó un poco, la joven pudo ver la tristeza en la mirada de su padre. La desesperación.

-Nunca te he mentido, hija mía, tampoco quiero empezar ahora.-dijo Elliot.-Es por conveniencia, los JeanMarais están en la ruina y no quieren que otros se enteren. Hasta el momento han logrado ocultárselo a Arléz, pero si este se enterara de la situación del Duque, querría saber en qué han gastado tanto.

   Ivel frunció el ceño.

-No entiendo, ¿por qué le importaría a Arléz saber en qué se gastaron el Duque y su familia su dinero?

-Hay una resistencia, Ivel. Y se han encontrado culpables de financiamientos a estas organizaciones, a varios nobles; Gastón está bajo sospecha, no tiene cómo probar lo contrario.

-¿Sólo por eso lo estás ayudando? ¿Para protegerlo?

-Sí, lo conozco desde hace mucho y sé que él haría lo mismo por mí; es necesario que te cases con Gael para guardar las apariencias, y de ése modo poder ayudarles económicamente. Si yo moviera mis cuentas y le pasara dinero a alguien que está bajo sospechas se vería extraño, caería yo también y tu madre y tú estarían en riesgo.-explicó de manera convincente, pero Ivel seguía pensando que le ocultaba otra cosa.

-Es una tapadera, ¿el Jefe de Jefes no sospechará igual?

-No, le dije que Gael está enamorado de ti desde que te vio en la fiesta de cumpleaños de Franco Cardinale hace seis meses, y que fue él quién me pidió tu mano en matrimonio.

   ¡Vaya que lo tienen todo arreglado! pensó Ivel, apartándose más aún de su padre. 
   Ahora recordaba que Gael sí había estado en esa fiesta, pero nunca hablaron; tenían que usar un lugar donde los dos hubiesen estado al mismo tiempo, con testigos, para que resultara lo del "enamoramiento".
   
   Llamaron a la puerta del estudio, Ivel supo de inmediato que se trataba de Marco.
    Su padre dio la orden de entrada, ella ni siquiera se dio la vuelta para mirar al hombre hasta que este estuvo a su lado.
   Marco no necesitaba ninguna explicación, bastó la mirada de Ivel para saber que le había contado toda la verdad a su padre; asintió en dirección a la chica, ella le devolvió el asentimiento de cabeza.

-Señor Valestra, acabo de enterarme que usted y mí hija mantienen una relación de tres años.

-Así es, Mí Lord. Amo a su hija y haré lo que sea necesario para darle la felicidad que ella se merece...

-Qué bueno es escuchar eso, señor Valestra.-sonrió Elliot, a Ivel no la convenció esa sonrisa.-Sin embargo Ivel está comprometida con otro hombre, así que desde este momento su noviazgo queda disuelto.

-Padre....

-Señor....

-¡Guardias!-exclamó Elliot.

-¡Padre no, por favor! Tú has dicho que es por conveniencia.

-Lo es, pero si queremos que sea creíble este hombre no debe tener cabida en tu vida, hija mía.-Elliot volvió a sonreír en dirección a Marco.-Llévenselo, que cumpla servicio en Neo Bretaña, aquí no lo quiero más. Y si le vuelvo a ver cerca de mí hija será ejecutado, señor Valestra.

   Marco intentó liberarse del agarre de los soldados, Ivel quiso ayudarlo. Pero Elliot la cogió de la cintura, y la separó de ellos.

-¡Volveré por ti, Ivel! ¡Te lo prometo!-exclamó Marco mientras lo sacaban del estudio.

-Será lo último que haga.-susurró Elliot.

   Soltó a su hija, esta lo miró con frialdad.

-Te has convertido en la persona más vil que he conocido, me das asco.

-¿Vil?-rió Elliot.-Si dejé que lo vieras por última vez, ¿te parece un acto vil de mi parte? He sido benevolente en no ordenar su inmediata ejecución por revolcarse con mí hija.

   Ivel lo abofeteó, y al darse cuenta de lo que había hecho miró su propia mano y luego a su padre. Sintió culpa, era la primera vez que le levantaba la mano, y ni hablar de discutir de un modo tan fuerte con él.

-Me voy. A la mierda el compromiso....

   Se dirigió hacia la puerta.

-Bastará con que pongas un pie fuera de esta casa para que tu madre muera, ¿es eso lo que quieres?

   Ivel salió.
   
   Refugiada en la glorieta que se hallaba en el jardín pensó en las palabras de su padre, y en la razón por la que Marco no peleó con esos dos guardias que se lo llevaron. Él no lo hizo porque sabía que sería armar un escándalo mayor que su madre escucharía, Marco quiso evitar que aquello terminara mal para todos.
   Luego encontrarían la forma de verse.
   Y ella, Ivel, no podía marcharse así nada más. Por la misma razón que Marco no se defendió como debió hacerlo.... la enfermedad de su madre.
   
  La lluvia comenzó a caer, los truenos retumbaban tan fuerte que se sentía vibrar el techo de la glorieta.
   Ivel no la sintió llegar.

-Buenas noche, Mí Lady.-saludó. Ivel se sobresaltó.-Lo siento, ¿puedo sentarme?

-No.-respondió con frialdad.

   Ignoró la respuesta y tomó asiento al lado de la dueña de casa.

-Te vi desde el balcón, ¿qué te ha pasado?-Ivel prefirió ignorar su presencia.-¿Tiene qué ver con el hombre al que sacaron hace rato?

-¿Por qué tu interés?

-No, si no estoy interesada, pregunto por preguntar. Mucho gusto, me llamo Victoria.-Victoria le tendió la mano con una sonrisa en los labios.

-Deja la burla, Vika.-sonrió Ivel.

   La ojizarca seguía burlándose por la expresión de Ivel al escuchar que la presentaban como la hermana de su prometido.

-Vale, lo siento.

-Es mí novio, el hombre al que sacaron.-explicó sin mucho ánimo.

-Oh.-murmuró Victoria.-El compromiso no te viene bien.

-¿Tú crees? ¿Y desde cuando tanta confianza para conmigo? Te conocí anoche.

-Pequeña mía, es fácil tomarte confianza. Y más después de saber que ayudas a extraños.-soltó una carcajada. Ivel ladeó la cabeza.-¿Cómo se llama él?

-Marco, es militar.-contestó, levantándose y caminando hacia el barandal. Se apoyó en él.-Lo han transferido porque le he dicho a mí padre que él y yo... tenemos... una relación.

-Mierda.-susurró Victoria.-Lo aleja de ti para que estés con mí hermano....

-¿En serio tienen problemas financieros?

   Victoria no respondió de inmediato, Ivel se dio la vuelta.

-Sí, pero no estoy segura de nada; no sé qué mierda ha hecho mí padre.-Victoria cruzó las piernas.-Siempre digo que no es asunto mío lo que ellos hagan, tengo mis propios problemas, mí propia vida lejos de tanta frivolidad.

-Como el burdel donde trabajabas.

-Pequeña mía, no volvamos a tocar ese tema ¿vale?

   Ivel la observó con severidad.
   Volvió a su posición inicial, los relámpagos iluminaron el cielo; salió corriendo de la glorieta sin aviso previo y miró el cielo. Dejó que el agua la empapara, que cayera en su rostro..... 
   
   Volveré por ti, Ivel.... 
   Marco...pensó. 

   Dejó escapar un grito pues de algún modo sabía exactamente lo que le estaban haciendo a Marco, no podía esperar otra cosa que no fuera tortura. Conocía ésa forma de actuar de la milicia....
   Victoria salió de la glorieta, no sabía la razón pero le dolía ver que su nueva amiga sufría por dentro; se paró detrás de ella y la abrazó, ambas cayeron arrodilladas. Ivel sentía impotencia, las lágrimas se mezclaban con el agua de lluvia que caía por su rostro.

-¡Te ayudaré a encontrarlo!-gritó Victoria por encima del sonido de los truenos.

-¡No tienes idea del problema que te traerá meterte en esto, Vika!

    Victoria se situó frente a ella, y tomó su cara entre sus manos.

-¡Estoy metida en cosas peores, pequeña mía! ¡Eres tú quién debería tener cuidado conmigo! ¡Te ayudaré a encontrarlo!

    







4 comentarios:

  1. Wowowowowowowo....quiero más y ya! ...sí, para ciertas cosas no tengo paciencia ...el personaje de Vika me intriga ...bueno, toda la historia me tiene en suspenso.

    Besitos niña!

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  2. Muy bien relatado, tanto que al leer se puede visualizar perfectamente la escena, te felicito Ivel.

    Besos dulces.

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  3. Una historia conmovedora, unos personajes muy logrados, y yo... enganchada hasta más no poder. Qué bien relatas la escena de la tormenta!!! y las demás, por supuesto!!!
    Mil besitos, Ivel.

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  4. QUE MALVADO ES SU PADRE, PERO PARECE QUE VIKA EN EL FONDO ES BUENA CHICA.
    UN BESAZO IVEL!!!

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