Spin-off

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martes, 1 de marzo de 2016

Medidas Desesperadas





     Sahar

     El silencio en este lugar va a terminar por enloquecerme, no he logrado entablar comunicación con Faye, no sé por qué ahora me resulta difícil; tal vez sea el estrés que siento, un estrés qué no sé de dónde viene con exactitud. Me duele el alma, como si hubiese perdido algo muy importante.
   Ignoro lo que pasa afuera. No he querido atacar a Viktor al menos hasta tener la certeza de que Amanda y los demás están bien. Y luego de encontrar la manera de sacar a la gente que está cautiva en esta fortaleza.
   Desde que estoy aquí no han hecho más que estudiarme, como si fuesen a encontrar alguna anomalía en mi sangre. Lo que soy no se muestra en un estúpido examen de sangre, no pueden replicar la inmortalidad, idiotas humanos con complejo de Dios.



    He visto a las personas que mantienen en cautiverio en esta ciudad sobre el agua. El adoctrinamiento fue completado, hay unos pocos que se rebelan, y terminan muertos; he escuchado de guerras bacteriológicas, de entrenamiento a terroristas, de causar caos en el mundo para disminuir a la población y controlarlo todo. 
    Por eso mi padre quiere reiniciarlo, pero ahora veo que su modo de hacerlo es tal y como los humanos planean traer un Nuevo Orden: a partir del caos. Así es como los humanos logran controlar a su gente, metiéndoles miedo.

-Estás pensativa, Luna Giraldo.

   Levanté la mirada y vi a Viktor acercándose a mi prisión personal.
    Vestía de traje, y su pelo grisáceo estaba tan bien peinado como siempre; ese modo suyo de ser a veces era similar al de mi padre.
    Lo bueno es que he logrado mantener la máscara, no se ha dado cuenta que no soy Luna. 

-No se puede hacer mucho en esta caja de cristal, Viktor-respondí, sus labios se curvaron en una sonrisa de satisfacción-. Vienes una vez a la semana, me sacas de aquí y hablas de lo que te apetece hablar, menos de ti. Ordenas que me interroguen, haciendo las mismas preguntas de siempre que no pienso responder, ya no tengo necesidad de fingir que no sé lo que quieres. Lo que quieren tú y los tuyos, no sé el paradero de mi padre, no los podemos volver inmortales, y sobre todo no sé dónde está Amelia, por quien me preguntas personalmente con tantas ansias.

    Sería muy cómico decirle la verdad y ver su expresión, decirle que Amelia ha estado a su lado todo el tiempo. Que Amelia es Amanda, su persona de más confianza, pero si estoy aquí es porque de eso se trata, de impedir que mi hermana mayor se hunda más en el abismo en el que está.

-Entiendo, seguirás en tus trece.

-Y hasta en mis catorce-me burlé-. Yo puedo salir de aquí cuando me dé la gana, y te voy a matar, ¿cómo te sienta eso, Viktor?

    Entrecerró sus ojos, examinando mis intenciones ante tal pregunta.

-Te diré que me sienta tal y como me sienta la muerte de mi hijo-respondió-. Tu amado Sebastian está muerto.

    Sebastian, el hombre al que Luna ama. ¿Qué demonios está pasando allá afuera?
    Tengo que actuar como si me afectara, como si fuese ella. Ahora entiendo por qué no puedo concentrarme, estoy sintiendo el dolor que mi hermana lleva a cuestas; si algo le pasara a Faye yo no sería capaz de estarme en pie. Traté de imaginarlo, e imaginándolo era igual de mal que vivirlo; me alejé del muro de cristal que me separaba de Viktor, empecé a llorar y lo vi entrar. Viktor acercó su mano a mi mejilla.


-Era necesario, Luna.-¿Cómo es posible que diga eso de su hijo? ¿Cómo era posible que dijera que su muerte era necesaria?-Sebastian empezaba a volverse un dolor de cabeza, quería llevarte lejos de mí, se atrevió a enfrentarme. Yo vi la oportunidad de deshacerme de él, de sacrificar a mi familia y usar ese sacrificio a mi favor.

-¿Cómo?

-Vládimir Bélikov es el más buscado por actos terroristas, y lo culpé de la muerte de mi familia. Todos dudan de él, y tal vez pronto veamos la cara de tu padre saliendo en defensa de su lacayo.

-Maldito seas-susurré. Es una trampa para mi padre, pero no tiene ni idea de lo que se echó encima.

   Me senté en la cama. Viktor le ordenó a una de las enfermeras del lugar que acababa de entrar, que me sedara. La mujer se acercó, yo no quería que volviera a ponerme esa inyección, por lo general el efecto pasa rápido o a veces ni siquiera hace efecto. Pero el dolor de cabeza que me provoca es muy fuerte.
    Mientras la mujer seguía sus órdenes, vi a un joven al lado de Viktor, hablaban. Pude oír fragmentos de lo que decían.

-El Océano Pacífico, una fortaleza así escondida a la vista de todos, he de felicitarte, padre.

    ¿Otro de sus hijos? Debe ser Piotr.

-¿Tienes el objetivo del próximo ataque?

-París, Charlie Hebdo....

   Tomé fuerza y me concentré en Luna, tenía que advertirle de lo que pasaría. Sé que siento lo que ella, así que es posible que me escuche.
    Y lo logré antes de caer inconsciente.
   





     























     Madrid, España


      
      Amanda


     Aún no creo que haya pasado un mes de la muerte de Sebastian, es difícil reconocer que, en algún momento de nuestro matrimonio, y la amistad que mantuvimos antes de eso, llegué a tomarle un cierto aprecio. Apenas, tampoco es que lo quisiera.


   Cogí la fotografía de nuestra boda, que aún guardaba, escondida de todo y de todos. A pesar de no llegar a amarme, se le veía feliz en ella tal vez porque en ese entonces yo esperaba un hijo de él; no me gustaba que estuviera cerca de Luna, pero sé de la infelicidad de mi hermana sin él, y sabía que pasaría por un proceso horrible si algo llegaba a ocurrirle; y al final, pasó. Está pasando. 
    Devolví la fotografía a su lugar, un viejo baúl de recuerdos de los que no he podido deshacerme.
     
   Llamaron a la puerta, me vi al espejo, arreglé un poco mi cabello y salí.
     Escuché la voz de Maura a medida que me acercaba a abrirle; debía estar hablando por teléfono con alguien. Abrí, ella entró haciendo seña con la mano de que le diera un minuto. Nos serví café, ella colgó y tomó asiento a la barra de la cocina, a mi lado.

-Era la madre de Luna, en cualquier momento pisará España, quiere verla-me informó.

-Luna no querrá eso, con suerte ha aceptado hablar contigo y con Enrique por teléfono. Está mal por la muerte de Sebas, imagina si los perdiera a ustedes que son la única conexión que le queda con su vida normal y tranquila; la devastaría si les pasara algo, Maura. Esa mujer no puede verse involucrada.

-Convence a Luna de que la vea, Amanda, por un momento. 

-No me hace caso últimamente....

-Si hay alguien a quien escuchará, es a ti. Convencela de ver a su madre. 

    Resoplé, y asentí.
    Es probable que hasta le haga bien.

-¿Cómo ha estado?-preguntó Maura.-¿Ha vuelto a....

-No, pero sí se ha escapado, intenta seguir adelante pero es difícil para ella. Lo lleva muy dentro, no ha querido hablar conmigo de cómo se siente, pero basta ver su comportamiento.

-Quisiera abrazarla-dijo, sonriendo a duras penas-. El agente Portillo no deja de presionarme, quiere hablar con ella. 

-Yo me encargo de la Interpol, no quiero que ningún agente o policía se acerque a Luna. Nadie es de fiar, cuídate tú también, ¿vale?

-Tranquila, mi marido y yo intentamos mantenernos al margen, pero cuando mi sobrina está en medio no puedo evitar....

-Inténtalo, recuerda lo que te dije: son la única normalidad en el presente de mi hermana.-Dejé la taza en la barra, y suspiré-. Debo agradecerte por cuidar de Vit.

-Se ha portado muy bien, pero sabe que algo pasa, algo muy malo. Enrique y yo intentamos hacer lo posible por distraerla; y las veces que Viktor la ha buscado hemos estado presentes.

-Eso está bien, no pueden dejarlos a solas. A la menor oportunidad intentará convencerla de ir con él, me sorprende que aún no haya hecho nada.

     Me apoyó delante de Piotr cuando supo que yo era la tutora oficial de Vit, pero eso no quiere decir que no se esté retorciendo por dentro. Aún debo mandar a que le hagan los exámenes pertinentes a la pequeña, conociendo lo enfermo que es Viktor....no quiero ni pensar en eso.
      El sonido del teléfono me sacó de mi ensimismamiento, cuando me dispuse a cogerlo Faye apareció delante de mí, Maura soltó un grito. Y yo el teléfono.

-¡Te he dicho que no hagas eso!-exclamé.



-La jodida de tu hermana se volvió a escapar, y esto es lo único que tenemos.-La rubia me entregó una hoja de papel doblada-. Es la letra de Drrako. Declan era quien te llamaba, yo quise venir personalmente porque pensé que estarían aquí en tu casa.

    Leí en silencio.

   "Luna sabe dónde se encuentra Sahar, vamos a Madrid...








D."



-Pero ¿cómo ha sabido Luna del paradero de Sahar?

-No sé, si tu hermana no está aquí, ¿adónde pudo ir?

   Faye se veía desesperada, y la entendía. Ha estado ocultando su preocupación por Sahar, y ahora que hay un indicio de su paradero exacto es natural que ande más explosiva que de costumbre.

-¿Luna está aquí en Madrid?-inquirió Maura-. Amy, ¿y si fue con quien tiene a la otra chica? ¿A Sahar? ¿Y si Luna fue con Viktor?

-Demonios...-susurré, arrugando la nota.





















     Luna


   Drako no dejaba de decirme que no estaba bien, que no era seguro. Llamé a la puerta de la casona, haciendo caso omiso a sus palabras; una de las mucamas abrió, la saludé y ella me miró con tristeza, con pena. 
   Claro, la muerte de Sebastian. Nuestra relación no era un secreto para nadie.
    Le pedí que me dejara entrar al despacho del señor Strauss, "había algo que él necesitaba y me pidió que pasara por ese algo". Me permitió el paso, con recelo; Drako me seguía de cerca, su adusto rostro debió hacerla desconfiar. Teníamos que ser rápidos, no tardará en llamarlo.
   
-¿Qué buscamos exactamente?-preguntó Drako, mientras yo revolvía los papeles que estaban sobre el escritorio.

-Sahar dijo que Viktor planeaba un atentado, es probable que para culpar a tu Señor. Así que algo debe ocultar Viktor aquí: planos, fecha del mentado atentado, lo que sea. La agenda de esta gente es muy catastrófica, busca una agenda con calaveras en la cubierta.

   Drako soltó una carcajada pero me ayudó a buscar por todo el estudio, yo me concentré en el escritorio, y di con unas fotografías que se hallaban en el primer cajón de la izquierda. La primera  mostraba la imagen de un templo en ruinas en medio de montañas, escondido de todo; en las demás habían símbolos, reconocí dos de ellos. La triqueta y el wuivre representado en serpientes entrelazadas, formaban un doble infinito. Había leído sobre ellos alguna vez cuando era niña, porque me llamaban la atención.

-Drako, mira esto.-Le pasé la fotografía del templo-. ¿Habías visto algo así antes?



 -Es Providencia-susurró, y las demás fotografías se me cayeron-. Es imposible que sepa su ubicación, ¿cómo dio con ella?

-¿Aquí viven ustedes?-inquirí, él se agachó conmigo para recoger las fotos.

-Sí, que la fachada no le engañe, es un lugar hermoso. Un pedazo del cielo en la tierra-sonrió. ¿Una carcajada y dos sonrisas en un día? ¿Qué le pasa?-Es imposible que los humanos den con Providencia-continuó-, a menos que así lo quiera su padre, señorita Giraldo.

-¿Crees que Cassul dejó ver su escondite adrede?

-Es posible que no haya sido él, tendré que regresar allí e informarle de esto, debemos tomar previsiones.

   Volví a mirar la imagen, en ese instante escuché voces afuera. Drako y yo nos miramos.

-Debo sacarla de aquí....

-No, escóndete.

-Luna....

-Es una orden, Drako.

    Se desvaneció delante de mí, yo me senté en la silla detrás del escritorio; había cambiado de opinión en eso de entrar y salir rápido.
    La puerta se abrió, y vi entrar a Piotr seguido de su padre. Ambos pararon en seco, asombrados.

-Buenas tardes, cariñetes, seguro no esperaban verme tan pronto-dije, subiendo los pies al escritorio.

    Piotr salió de su sorpresa y sonrió; sus ojos azules, tan similares a los de Bastian se centraron en mí. Tenía la belleza heredada de su madre, con una mirada llena de maldad. Lo sádico se le salía por los poros, irradiaba oscuridad. Amanda dijo que era igual a su padre, y le creí, le creo. La primera vez que le vi me dio mala espina.

-¿Cómo le hiciste para llegar antes? Es imposible....

-Ni te molestes en preguntar, Viktor, ando medio tomada y terminaré diciendo estupideces-le dije-. Hay que ver que los tiempos siguen siendo los mismos, los jugadores somos los que cambiamos. El pasado en el que viví no dista del presente en el que estoy, gracias a ti, Viktor; tienen todos lo poderes, gobiernan este mundo, y manejan a la sociedad a su antojo, ¿qué más quieren? ¿Qué quieres de mí? ¿Qué quieres de mi hermana? ¿Inmortalidad? No la tenemos, no podemos dárselas. ¿Qué más quieren? ¿Que nos rindamos ante ustedes como el resto del ganado de allá afuera? No, no lo haremos, y como nosotras habrán muchos que les darán pelea, así que espero que tus Superiores estén listos para la guerra que se les viene. Mientras tanto...

    Cogí un arma que encontré en el primer cajón de la derecha mientras hablaba, con disimulo revisé si tenía balas. La levanté y sin pensarlo mucho disparé dos veces, una bala para Viktor y la otra para su engendro, al mismo tiempo que Drako aparecía y me sacaba de allí en menos de un segundo.
     Tenía que hacerlo, tenía que hacerlo....


   
 
 

6 comentarios:

  1. Realmente envidiable. No se como haces. Pero las historias son atrapantes. Me encanto. Besito

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    1. Qué agradable tu visita, Dem...
      Gracias por dejar tu huella en este espacio, y tú no te quedas atrás con tus hermosos escritos..

      Besito...

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  2. Un ambiente revolucionado esta vez hasta llegar a ese desenlace. Qué pasará después? entre tanta venganza, ambiciones y asuntos pendientes no todo resultará bien.

    Besos dulces Ivel.

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    1. Nada bien resultará esto, amigo mío...
      Pero shhhh, que no puedo divulgar mucho xD

      Un beso fuerte, Poeta..

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  3. Expectante, sigo leyendo.

    Mil besitos, Ivel.

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